Pachuca de Soto.- Alejandro González Iñárritu (Ciudad de México, 1963) tiene una relación conflictiva con el éxito. Y eso que ha ganado cuatro veces el Oscar. ‘Mi madre me metió en la cabeza que triunfar era llegar a la puerta del infierno.
En Hollywood la gente se drogaba, había orgías por todas partes… me previno ante él, tenía este sentimiento tan católico.
También mi padre decía que el éxito te puede envenenar, que es mejor hacer un buchito en la boca, enjuagarse con él y escupirlo cuanto antes’.
Estas confesiones las realizó dentro de la celebración del ciclo que le dedicó la Fundación Casa de México y en el que se proyectó lo más destacado de su filmografía dentro del programa ‘Punto de Foco’.
Iñárritu admitió que el motor de su creatividad es la búsqueda y el encontrar respuestas y explicaciones. ‘Cuando domino algo, me aburre. Lo único que me dispara la emoción es la posibilidad de fallar. Me siento incómodo en la comodidad’.
Habló también de esa constante en su cine que son la violencia y la muerte, presentadas de una manera nunca gratuita.
La Fundación Casa de México organiza sus ciclos ‘Punto de Foco’ en los que rinde tributo a los grandes cineastas de este país, con proyecciones de sus películas y charlas abiertas al público. Por ahí han pasado ya Juan Carlos Rulfo, Arcelia Ramírez, Arturo Ripstein o Carlos Reygadas.