Perú cerró la entrada a la ciudadela inca de Machu Picchu indefinidamente el sábado, citando preocupaciones de seguridad después de que 46 personas murieran en las protestas que exigían la renuncia de la presidenta Dina Boluarte.
El gobierno de Boluarte tomó la decisión luego de la suspensión del servicio ferroviario de la ciudad de Cusco a Machu Picchu debido a las protestas que habrían causado daños a la vía férrea. Al menos 400 turistas están atrapados en Aguas Calientes/Machu Picchu, un pueblo al pie de la Ciudad de Piedra Inca, la perla turística de Perú.
Lo mismo sucedió en diciembre. La única forma de transporte al palacio es por ferrocarril, ya que no hay rutas de transporte que lo conecten con Cusco, que está a 110 kilómetros de distancia.