Se ha descubierto en más de una ocasión que la música es una manera de viajar por el espacio-tiempo, y cualquier podría decir que es mentira, pero sean sinceros, el escuchar una canción que te hace sentir como si flotaras o que te eriza la piel, con la fuerza y fe suficiente podría hacerte viajar a un mundo diferente que te hará descubrir nuevas aventuras.
Y te lo digo yo, que durante mucho tiempo no me había dado cuenta de que existía una canción en específico que me hacía sentir como si algo me hiciera falta, como si yo tuviera que estar en otro lugar y que me hacía querer correr hasta encontrar eso que no sabía que me había robado.
No era más que un día normal, mis padres hace ya unos años habían accedido a dejarme vivir en el sótano de la casa, así que ahora contaba con espacio de unos 250 metros, y vaya que lo había acondicionado para disfrutar de mi soledad, así que a mis ya 19 años tenia la suficiente privacidad para sentir que podía entrar en un libro de fantasía y desconectarme del mundo real, y dijo que casi siempre porque tener una hermana menor con la que te llevas más de 10 años no es la forma más adecuada de tener privacidad.
-¡Nico! ¡Nico!
Escuche su voz a través de la puerta, y sus pequeños puños aporreando según ella con fuerza para entrar, porque le encantaba invadir mi espacio más de lo que me gustaba, porque aunque disfrutaba mucho estar con ella, había veces que solo deseaba estar lejos.
– Nicolás deja entrar a tu hermana-escuche a mi padre decir.
Gire los ojos y me pare con cierta pesadez, estaba harto de tener que estarla soportando aquí conmigo, y no me malinterpreten, la amo y la adoro más de lo que imaginan, pero a veces solo lograba exasperarme demasiado. Abrí la puerta y me la encontré con una película de época que amaba, ya saben, una película que mostraba a una mujer joven enamorándose de su libertad, algo inusual para una película tan vieja.
Entro corriendo al cuarto y se dispuso a poner la película, yo me recosté en la cama y la miré desde lejos, era tan inteligente que no tuve que ayudarle a apagar las luces, prender las led, poner el proyector y acostarse a lado de mi, mientras me ponía su pequeño brazo encima de mi y se recargaba en mi pecho.
Al iniciar la película no se en que momento sucedió que me quede dormido, y me desperté escuchando una melodía espectacular, abrí los ojos lentamente y la vi bailar frente a la luz del proyector, pude ver una luz dorada surgir de la pared, y ella la miro con asombro, y de pronto, camino hacia la pared, la cruzo y desapareció.
– ¡SAM! ¡SAMANTHA! ¡SAMANTHA, CARAJO!-grite con fuerza, no obtuve respuesta, así que cuando la luz dorada empezó a parpadear, me lancé contra la pared y entonces cruce.
Sentí un golpe duro en la cabeza, y un olor a miles de flores, abrí los ojos mareado y entonces la vi, una chica hermosa, de cabellos chocolate y ojos avellana, me miraba divertida, cómo si nos conociéramos de toda la vida.
– Tardaste una eternidad en volver, Nico, años sin verte, y ahora está pequeña me dice que es tu hermana.
Miro a sus pies y ahí se encuentra Samantha, con una sonrisa de oreja a oreja que me sorprende, y de pronto siento un golpe en el pecho y una luz que me ciega en extremo, me sorprende que al cerrar mis ojos me veo a mi mismo de 7 años corriendo en un valle con una niña que es muy parecida a la que acabo de ver, y pasan ciento de imágenes en compañía de ella.
Abro los ojos y la veo, no puedo evitar sonreírle, y ella me abraza con tanta fuerza que me saca el aire.
– ¿Aria?
– Hola Nico-susurra en mi oído.
– ¿Ya podemos jugar Nico? Aria dice que te gusta mucho jugar-interrumpe Sam, la miro con una sonrisa y asiento.- ¡Sí!
Pasamos toda la tarde juntos y cuando llegó la noche, Aria cambió su expresión a tristeza.
– ¿Qué sucede?-pregunte.
– Dejaste de creer en nosotros, y si Sam no hubiera creído, no te hubiera vuelto a ver nunca.
– ¿Deje de creer?-cuestione.
– En el poder de la música, y aún tenemos una historia que crear Nico.
– Puedo volver a creer, lo prometo Aria, y sobre la historia, no entiendo nada.
– Esta historia, es nuestra.
Y entonces una luz dorada la cubrió, y aparecimos en el piso de mi cuarto, Sam estaba dormida, con trenzas cubiertas de flores, y un vestido azul, yo llevaba una camisa con mangas anchas, y un pantalón ajustado de color café.
La película se seguía reproduciendo y en la escena se miraba a la mujer sonriéndole a un hombre, con total amor y devoción.
Entonces lo entendí, la música de la película me transporto a otro universo, y pude encontrar a Aria, y vivir esa vida, y deseaba volver a verla, y deseaba seguir creyendo en el poder de la música, y así poder con ella, y buscar la manera de traerla conmigo o irme con ella, o tal vez, poder conocer más universos.