Pachuca de Soto.- Pocos creadores han logrado manufacturar algo tan eterno como Hayao Miyazaki. Padre del gigante del anime Studio Ghibli -junto a Isao Takahata- el director y animador japonés se ha coronado con títulos tan potentes como ‘Mi vecino Totoro’ (1988) o ‘El viaje de Chihiro’ (2001).
Frente al éxito de estas películas, es inevitable que otras hayan quedado en el olvido. Ejemplo de ello es ‘Susurros del corazón’, dirigida por Yoshifumi Kondō en 1995. Rescatamos esta obra maestra de la animación, disponible en Netflix.
Justo antes de realizar ‘La princesa Mononoke’ (1997), el legendario estudio de animación japonés sacó a la luz una de sus obras más brillantes y emotivas. Y, aunque frecuentemente haya sido eclipsada por otros títulos de la compañía, esta joya del anime demuestra que la proeza de sus creadores no tiene límites.
En ella, se narra la historia de Shizuku, una estudiante de 14 años que descubre su verdadera pasión. O, mejor dicho, pasiones. Enamorada de la lectura y escritura, Shizuku frecuenta la biblioteca, sin saber que otra persona también lo hace, aunque sea solo para coincidir con ella. Hasta entonces desconocido, pronto conoce a Seiji, un estudiante que le abrirá las puertas a una nueva vida.
Aunque la película tiene tintes de romance, el color principal es la búsqueda de identidad y las dificultades del proceso creativo. Con guion de Miyazaki y basada en un manga del mismo nombre, el filme es conocido por ser el primer y último proyecto de Kondō como director, antes de morir por exceso de trabajo.
Kondō, que ya había trabajado como animador en el estudio, consiguió fusionar todos los elementos a su alcance creando una obra totalmente humanista. Pocos creadores han reflejado la búsqueda de un propósito como el director, que parte de la perspectiva de la protagonista para sumergirnos en un viaje de lo más emocionante. Y, sobre todo, una película a la que volver, una y otra vez.
La cinta es trágica, a la vez que esperanzadora, con toques cómicos que ponen el broche de oro a un conmovedor coming of age. Pasando también por el denominado enemies to lovers, la historia propone romance, magia y aventura para describir todas las emociones que conlleva el proceso creativo. Desde constancia e ilusión hasta cansancio, desencanto o frustración. Una montaña rusa de emociones en la que es difícil mantenerse agarrado mientras se tienen las manos ocupadas.