Siempre hemos visto que la tecnología son sorpresas no previstas; sin embargo, los desarrollos científico-tecnológicos son visualizados con décadas de antelación (Matthew, El Metaverso y como lo revolucionará todo, 2022), claro sin dejar de considerar que la incertidumbre es la reina del futuro.
Peter Drucker (Peter, 1996, págs. Prólogo, 40-44) parte de su concepto de planeación para la incertidumbre, bajo la pregunta ¿qué ha sucedido, ya que va a crear el futuro? A partir de ahí define sus cambios estructurales, que son la base de las tendencias tecnológicas y de mercado, derivando en la probabilidad para develar la incertidumbre, y se pueda lograr convertir lo inesperado en una ventaja y la incertidumbre en una oportunidad, en función de las competencias centrales de las organizaciones, ya sean públicas, privadas o de la sociedad en general; sobre todo de las nuevas generaciones.
Identificar los cambios, que ya han ocurrido y son irreversibles, sin olvidar la obsolescencia que también es irreversible, bajo la premisa de que el ser humano o bien es amo de la tecnología o bien es su sirviente. Debiendo evitar lo que planteó Daniel H. Wilson, en Robopocalipsis (Daniel H, 2012, págs. 18-19) que la humanidad lleve la llama del conocimiento, a la terrible oscuridad de lo desconocido, hasta el borde mismo de la aniquilación.
Las tendencias tecnológicas nos muestran que tanto las actividades productivas, como las educativas, de gobernanza y de la diversión, estarán centradas en los mundos virtuales 3D renderizados (visualizados) en tiempo real. Para los años 30s el metaverso ya habrá llegado, será un mercado de billones de dólares, que todavía plantea mucha incertidumbre.
Diversas naciones ya han iniciado su inserción a este paradigma, utilizando el conjunto de protocolos de internet; sin lugar a dudas que pasaremos de la web 2.0 (Kerner, 2022) que marcó la era de las redes sociales, a la web 3.0 con la cual surgirán los mundos virtuales, concretamente el metaverso, para fusionar la realidad física, con la realidad virtual y aumentada.
El ministerio de Educación de Corea del Sur, creó en 2021 la “Alianza del Metaverso” para impulsar la economía del metaverso; el metaverso de China está orientado al control político y a los videojuegos, a través de Tencent; el propósito de las diversas versiones del metaverso será una red masiva e inter operable de mundos virtuales 3D.
En materia educativa, es el sector que registra un mayor rezago en la utilización de las tecnologías digitales, a pesar del fuerte impulso que representó la pandemia, pero fueron con herramientas de las empresas tecnológicas como google y zoom, en cuanto a su inserción a la virtualidad y a la inteligencia artificial, no hay avances significativos, ni tampoco impactos en la productividad, no se puede aumentar la matrícula sin comprometer la calidad del aprendizaje.
Las condicionantes de aplicar en la educación el paradigma de mundos virtuales o sea el metaverso, es la falta de infraestructura tecnológica y de una conectividad vía nube, como de la capacidad para operar el big data; se deberá impulsar un cambio cultural para enfrentar temas como la confusión entre la motivación y el entretenimiento en el alumnado, sin dejar de considerar los riesgos de la falta de privacidad y la vulnerabilidad frente a los ciberataques, incluyendo el ciberacoso. Es por ello necesario crear y aplicar políticas universitarias sobre ciberseguridad, resulta ya imprescindible e impostergable, además de adecuar los contenidos de los programas de estudio, incluyendo temas como la literacidad -capacidad de aprender a pensar utilizando herramientas tecnológicas- y la inteligencia artificial, no rechazar el uso del ChatGPT, sino de cómo utilizarlo proactivamente, teniendo como fundamento de todo proceso educativo el pensamiento crítico-sistémico.
El cambio tecnológico obliga al sector educativo, sobre todo al de nivel superior, pasar del paradigma de ser reactivos y memorizar conceptos y teorías, hacia el paradigma de prepararse para el futuro, a través de tecnologías digitales interconectadas, impulsar la formación de una masa crítica de profesionales, con habilidades y sistemas complejos de creación de valor, pero sobre todo con un pensamiento crítico, con un alto sentido social y de los derechos humanos, con una ética socio-tecnológica.