El pasado fin de semana, un grupo de ciudadanos realizó una amplia convocatoria para manifestarse en defensa del Instituto Nacional Electoral (INE). La convocatoria fue reproducida por distintos personajes políticos, que se han autodenominado la “oposición”; algunos grupos empresariales manifestaron su apoyo a la misma. Por su parte la dirigencia nacional del PRI hacía una invitación a manifestar el respaldo al INE en cada entidad federativa.
En el caso de Hidalgo, algunos personajes políticos y familias simpatizantes de la derecha, al no tener poder de convocatoria y credibilidad al interior de la entidad, optaron por desplazarse a la CDMX y marchar el domingo 13 de octubre, para de esta forma, mostrar el “músculo político”. Durante la marcha, la oposición no titubeo en expresar sus discursos clasistas, racistas y de odio.
¿Quiénes se manifestaron?
La derecha está polemizando en relación a la cantidad de personas que asistieron para mostrar su respaldo a los intereses que protege el INE. Por nuestra parte, consideramos que la reflexión central en este caso no está en la cantidad, sino en la “calidad moral” de quienes convocaron y los fines políticos que persiguen.
La reflexión debe estar centrada en las reformas y adecuaciones que necesitan las instituciones públicas en pro de cumplir estrictamente, con los objetivos sociales para los cuales fueron creados. El Instituto Nacional Electoral y sus consejeros electorales, gozan de escasa credibilidad, sobre todo su consejero presidente, Lorenzo Córdova, quien tiene mala reputación por las formas en cómo ha conducido a esta institución electoral, sin pasar por alto los sueldos millonarios que recibe los funcionarios de dicha institución.
Se le olvida a la derecha que el pueblo mexicano tiene memoria histórica y que ha dado contundentes muestra de ello.
Estas manifestaciones son válidas y respetables, pues somos respetuosos del marco de los derechos humanos, y enarbolamos el derecho de la libre expresión. Lo que no estamos de acuerdo con la manifestación del domingo respecto a la cantidad de manifestantes, es que sea usado como un elemento para argumentar y reproducir la “polarización social” que dicen y que tanto hace alharaca la derecha.
Si hablamos de una polarización social, tendríamos que mencionar el papel y estrategia de la derecha que todos los días no cesan de reproducir y alimentar en campañas que van desde la calumnia, la mentira y los discursos que llaman a alimentar el odio. Esto sí, es una verdadera muestra de pretender polarizar a la población mexicana.
En una justa medida la marcha del fin de semana representó a una clase que goza de privilegios y a uno que otro aspiracionista. Salieron a manifestarse familias que han gozado de privilegios, concesiones, beneficios económicos, y que debido a estas prácticas han amasado fortunas mal habidas. Marcharon impresentables personajes políticos, movidos por la nostálgica añoranza de recobrar privilegios que han visto interrumpidos por la presente administración del presidente López Obrador. Privilegios y riqueza mal habida que han sido a costa del saqueo de la nación mexicana.
Desde nuestro punto de vista consideramos que no es correcto hablar de una polarización para hacer referencia a esta manifestación social, hablar de polarización sería decir que más del cincuenta porciento de la población mexicana ha accedido a esos beneficios, concesiones y privilegios de las que han gozado un centenar de familias en el país, y que el fin de semana mostraron las fauces, su odio y enojo en contra de la iniciativa que propone el presidente.
Todas las instituciones públicas son perfectibles, estos cambios deben estar guiados por principios superiores que alimenten los ejercicios y la vida democrática de nuestro país. No se pretende atentar contra el principio de autonomía, por el contrario, se trata de que la ciudadanía vuelva a depositar su confianza y credibilidad en las instituciones electorales.