Ciudad de México.— La Secretaría Ejecutiva del Sistema Nacional para la Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (Sipinna) exhorta a las comunidades educativas y familias a prevenir, detectar y atender de manera oportuna e integral el acoso escolar. El acoso escolar se produce en las escuelas y espacios públicos e implica conductas violentas, activas o pasivas, y plantea señales de alerta que deben ser detectadas y atendidas con prontitud para evitar daños irreparables.
El acoso escolar, que es intencional, persistente, asimétrico y abusivo, a través de actos de agresión, amenazas, coacción, intimidación y maltrato físico y psicológico, a través de medios verbales, físicos, impresos, electrónicos y digitales, provoca graves daños emocionales, físicos y daño social a las víctimas. Estas agresiones descalifican, deshumanizan y causan graves daños a quienes las sufren, generando exclusión, retiro, ausentismo, deserción escolar y, en casos extremos, la privación de la vida.
El acoso escolar es un fenómeno social grave y multifactorial que debe ser combatido enérgicamente desde sus raíces, ya que vulnera los derechos humanos más elementales de las niñas, niños y adolescentes, a la vida, a la paz y a una vida libre de violencia, en cuanto a lo que está estipulado en el artículo 4 de la Constitución y la Ley General de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes (LGDNNA), en su artículo 13.
El Secretariado Ejecutivo del Sipinna nacional condena enérgicamente esta forma de abuso, que puede tener múltiples causas, e insta a las autoridades de los tres órdenes de gobierno -quienes directa o indirectamente tienen corresponsabilidad en la prevención, atención y restitución de sus derechos cuando han sido vulnerados- fortalecer medidas efectivas de detección temprana y respuesta inmediata.
Asimismo, insta a las comunidades educativas y a las familias a diseñar e implementar campañas de información y mecanismos de prevención eficientes, para fomentar la comunicación entre madres, padres, docentes y alumnos, para promover el respeto por las diferencias y la diversidad, para trabajar en el fortalecimiento de los vínculos afectivos.
También les insta a estar atentos a las señales de peligro, como aislamiento, pérdida de apetito, cambios bruscos de humor o de hábitos, ansiedad, depresión y estrés, a promover una cultura de denuncia, a adoptar medidas de contención de los agresores, atendiendo las causas. que los lleven a realizar bullying, garantizar la protección de la población en riesgo y establecer protocolos que garanticen la protección temprana e integral de las víctimas.