Roma.- El Papa mencionó la ira, que calificó de “vicio destructivo” en las relaciones, al tiempo que condenó a algunas personas que “controlan su ira en el trabajo” y parecen “tranquilas” pero lo hacen en casa. Se volvió “insoportable”.
Así, en una conferencia sobre el pecado de la ira, sostuvo que la ira es un “vicio abrumador”, “particularmente oscuro” y capaz de destruir “las relaciones humanas”. En ese sentido, dijo, expresa una “incapacidad para aceptar la diferencia de los demás”, especialmente cuando sus elecciones de vida son “opuestas” a las suyas. La ira puede hacerte perder la cabeza.
Porque a veces una de las señales del enfado es que no mejora con el tiempo. En tales casos, incluso la distancia y el silencio, que lejos de disminuir el impacto de los malentendidos, pueden intensificarlos. Por eso, el apóstol Pablo aconseja a sus cristianos que atiendan inmediatamente este problema y traten de reconciliarse:
“No dejéis que el sol se ponga”, prometió.
Por todo ello, el Papa aconseja “disolver todo de una vez, antes de que se ponga el sol”.
“Si durante el día pueden surgir malentendidos y dos personas ya no se entienden y de repente se sienten distantes, no debemos dejar la noche al diablo”, insistió el Papa.
Sin embargo, explicó que si una persona nunca siente ira o indignación ante la injusticia, “eso significa que no es humana, y mucho menos cristiana”.
Por último, el Papa se refirió a la Jornada Nacional de las Víctimas Civiles de la Guerra, celebrada este jueves, y expresó su pesar por las “víctimas vulnerables de la guerra”, como los civiles, que “lamentablemente siguen contaminando la tierra con su sangre”, en Oriente Medio y Ucrania.