Tlahuelilpan.- Después de casi dos meses de la típica ficción de zombis hasta que The Last of Us se hizo cargo, la franquicia The Walking Dead vuelve a estar en los titulares esta semana por una variedad de razones. Uno de ellos es su primer “spinoff”.
Ya veterano Fear the Walking Dead, al final de la temporada 8, pero también se han actualizado algunos detalles reseñables sobre su “spinoff”, y son nada menos que tres: The Walking Dead: Dead City, estrenada en junio de 2023; Este año también vio el estreno de The Walking Dead: Darryl Dixon con Norman Reed en el papel principal, París, pero ya en la segunda mitad del año; y una película de Rick y Michonne que se estrenará en 2024.
Así que lo viejo deja paso a lo nuevo en lugar de esconderse, despidiéndose para siempre de una de las dos series que le dieron todo a la franquicia, pero aprovechando para actualizar su futuro con varios proyectos. Tal como lo hizo cuando anunció los resultados de The Walking Dead, donde se han anunciado dos “spinoffs”, uno de los cuales ya lanzó la historia de Walking Dead y el otro se centra en Daryl y Carol, este se ha convertido en el único.
La noticia de que la franquicia estaba explotando en forma de spin-off fue sorprendente en ese momento, especialmente cuando se anunció más tarde la película de Negan y Maggie y la película de Rick Grimes se convirtió en una serie, y continúa sorprendiendo hoy.
No es de extrañar: ha pasado un tiempo desde que la ficción de zombis ha sido producida por millones de espectadores, y está registrando algunos de los números de audiencia más cautelosos de su historia. Conocemos bien la historia: cuando AMC lanzó su serie de zombis en octubre de 2010, basada en el cómic del mismo nombre de Robert Kirkman, todavía no sabía que estaba sosteniendo su gallina de los huevos de oro, pero la explosión fue completa.
El programa de varias temporadas, protagonizado por Andrew Lincoln, siguió batiendo récords y culminó en la temporada 7 con la presentación de Negan y la infame escena violenta que todos recordamos. Curiosamente, este momento también se convirtió en un punto de inflexión en su carrera, ya que su amor por The Walking Dead comenzó a decaer.
El agotamiento es palpable, y aunque la serie sigue prosperando y le va bien en comparación con otras novelas, no es un fenómeno que esté empezando a perder audiencia. Y la salida de Rick Grimes en la temporada 9 fue otro revés.
Sin embargo, está claro que AMC continúa viendo una rentabilidad absoluta en su franquicia Undead y está dispuesta a reorganizar toda su narrativa para mantenerla viva durante al menos unos años más. El primer paso es acabar con series consolidadas —primero The Walking Dead, ahora Fear— y acabar con el típico agotamiento de tantas temporadas, pero no nos engañemos con que esto no lo va a cerrar.
Aunque se emitió de manera intermitente en forma de tres nuevos episodios, “The Walking Dead” no terminó, sino que continuó varios de sus episodios. Sobre todo los tres principales: el primero con Maggie (Lauren Cohen) y Negan (Jeffrey Dean Morgan), aunque sería absurdo decir que el segundo podría ser mejores amigos, seguirán los pasos de su personaje favorito Daryl.
Los fieles seguidores de la franquicia van a la cárcel, obligándolos a continuar con su fascinación por las historias de los personajes detrás de un gran bombo publicitario, cuando en realidad no existe. La franquicia ha mostrado claros signos de fatiga, pero AMC se ha mostrado reacio a dejarlo ir, aparentemente con la intención de llevarlo al límite.
Con dos spin-offs ya garantizados en 2023 y un tercero en 2024, lo más probable es que la franquicia se encuentre reinventándose y probablemente continúe mostrando signos de fatiga de sus predecesores mientras intenta ofrecer algo nuevo. En cuanto a nuevo, fresco es otra cosa.