El conocimiento es el motor de la generación de todo proceso económico, vivimos un proceso social donde la tecnología es determinante, dada la convergencia del conocimiento materializado en toda la diversidad científico-tecnológica, con el talento directo de los humanos; como lo comenta Carl Sagan (Carl, 2023, pág. 44) los elementos cruciales de la sociedad global dependen profundamente de la ciencia y la tecnología, al igual que los trabajos y los salarios. El factor determinante son los conocimientos y su concreción en las capacidades, competencias y valores, convergiendo en los procesos productivos con la tecnología, se materializan en bienes y servicios, ahí se identifican los valores de uso (satisfacción) y de cambio (mercado) elementos cruciales de la economía.
El cómputo en la nube, cloud computing (Aguilar, 2009), es la aplicación de un conjunto de tecnologías que han tenido impacto en las estructuras empresariales de sus Tecnologías de Información, tal como la web 2.0 y la web semántica, de hecho la nube no incorpora nuevas tecnologías.
Por lo que hablar de la economía de la nube, es identificar las tecnologías como la red de servidores (Jonathan , 2021) que funcionan como un sistema descentralizado que envían, reciben y almacenan grandes volúmenes de información, de manera temporal o fija, los usuarios pueden acceder vía internet desde cualquier lugar geográfico.
Para Dany Nicholson (Danny, 2023) la economía de la nube es una rama del conocimiento, relacionada con los principios de costes y beneficios del cloud computing; mientras que para Azure de Microsoft (, Microsoft Azure, 2023) es una red mundial de servidores con funciones únicas, pero conectados para funcionar como un único sistema.
La nube pública comparte recursos y vende servicios a usuarios a través de internet, la nube privada es una nube instalada en un entorno privado, y la nube híbrida comparte servicios entre nubes públicas y privadas, finalmente existe la modalidad de nube comunitaria que comparte recursos entre organizaciones únicamente.
La esencia de la aplicación de la nube, es la reducción de costes en el manejo de información confiable y oportuna, para la toma de decisiones, como lo determina Amazon en su AWS Cloud Value Framework (, Amazon AWS, 2023) sin dejar de considerar la productividad del personal, la resiliencia operativa y la agilidad organizacional empresarial.
El potencial económico es enorme, siempre y cuando las empresas migren de la estructura de TI a la nube, para poder generar valor, esto significa superar su forma de pensar y de dirigir con base en la informática local.
La economía de la nube forma parte de la llamada economía digital, también conocida como la economía datificada, que ha superado los marcos regulatorios, es de hecho la economía de las plataformas tecnológicas, que son la base de los modelos negocio basados en datos, cuya generación, captación y análisis son la base para la toma de decisiones estratégicas, de diseño de nuevos productos, como de estrategias de mercado, superando las barreras de la geolocalización, redimensionado geográficamente las cadenas de valor, dando pauta a su relocalización, fenómeno conocido como nearshoring, en virtud de que el flujo de datos ha generado lo que se conoce como el proceso de data globalización.
Se estima que para el 2025, esta economía de nube y/o de plataformas tecnológicas digitales tipo de B2B, esté conectando oferta y demanda, consumando coincidencias o matches entre los usuarios, facilitando el intercambio de bienes y servicios, funcionando como un hub o ecosistema con efectos de red, que bien podría alcanzar un valor de mercado de 10 billones de dólares.
El impacto tecnológico en los procesos económicos está derivando en la convergencia de las economías digital, de la nube y la colaborativa, aprovechando la expansión de internet, como de los dispositivos móviles, que ya son indispensables en la vida diaria.
Sin embargo, estos procesos están transformando la dinámica económica mundial, de forma tal, que está redefiniendo la posición de los países, alterando el equilibrio del poder entre los bloques económicos; obviamente entre las economías desarrolladas y las emergentes, sin garantizar que la desigual social se disminuya, porque en estas nuevas economías no se percibe que se busque disminuir la pobreza.