Todos de niños tuvimos pesadillas por distintas razones, pero la más común sin duda, fueron las películas de terror, y peor aún, el trauma que nos causaban muchos de los personajes que aparecen en los films. Uno de los personajes que causo innumerables desvelos en los niños de finales de los ochenta hasta principios de los dos mil, sin lugar a dudas fue Chucky el muñeco diabólico.
El solo pensar que por las noches nuestros muñecos pudieran cobrar vida nos estremecía del terror, y es algo que Don Mancini logró con sus tres primeras películas en donde Chucky era mostrado como un muñeco asesino, despiadado e impredecible, con características que con solo verlo te causaba inquietud. Sin embargo, posteriormente llegarían “La novia de Chucky” y “El hijo de Chucky”, películas que pasarían a tener más toques de comedia e incluso romance, quitándole algo de credibilidad al personaje de terror. Posteriormente, para 2013 y 2017 se estrenarían dos películas más de Chucky tratando de volver a su esencia original de villano, sin obtener el resultado esperado.
No fue hasta el año 2021 que se estrenó la serie “Chucky”, dándole continuidad a la historia, pero devolviendo elementos de terror que apreciábamos en las primeras películas, como el misticismo que guarda el muñeco, escenas con asesinatos muy crudos y, sobre todo, personajes con los que consigues empatizar. La serie consta de ocho capítulos que se estrenaron semana a semana, intrigando a los espectadores y aferrándose a que la serie realmente había catapultado al personaje a la popularidad entre las nuevas generaciones.
Después del éxito obtenido con la primera temporada de la serie, el pasado 5 de octubre se estrenó la segunda temporada por Star+; saliendo a la luz el cierre de temporada el pasado 24 de noviembre. Cuando pensábamos que ya habíamos visto todo lo que el personaje podía ofrecer, la narrativa de esta segunda temporada nos demuestra lo contrario.
Para empezar, la historia principal se desarrolla en una escuela religiosa que busca reformar a los jóvenes problemáticos; los protagonistas Jake, Devon y Lexy, son enviados a este lugar a causa de problemas ocasionados por el mismo Chucky. Para el final de la primera temporada, había un ejército de Chuckys, los cuales fueron muriendo poco a poco, pero, los aún restantes constantemente intentaban matar a los protagonistas, sin embargo, estos, de alguna manera lograban escapar del muñeco, hasta que ya únicamente quedo un solo muñeco asesino.
Por otro lado, también nos encontramos con personajes que aparecen en las películas anteriores, como Tiffany (La esposa de Chucky), Glen y Glenda (Hijos de Chucky) y sobre todo con el pequeño, pero ahora ya adulto Andy Barclay. El hecho de que podamos volver a ver a estos personajes nuevamente en la trama y, sobre todo, que exista una continuación sobre lo que fue de ellos después de las películas, le da un valor agregado a la franquicia y sobre todo un sentimiento de nostalgia a los fans de estos largometrajes.
En conclusión, esta segunda temporada, le va a encantar a los seguidores de esta franquicia, dejando atrás los elementos nostálgicos y los personajes de films anteriores, la serie por sí misma ofrece mucho, vemos un lado de Chucky nunca antes explorado en donde lo vemos demostrar emociones y cuestionarse constantemente; la trama da muchas vueltas al punto en el que te atrapa y te deja con ganas de más. Aun no se sabe si habrá una tercera temporada, pero si es así, se espera con muchas ansias.