San Agustín Tlaxiaca, Hidalgo. – “En México, más del 70% de la población padece problemas relacionados con la gastritis. Una de las principales causas es la bacteria Helicobacter pylori, que se aloja en el estómago y, en algunos casos, puede provocar cáncer gástrico si no se trata a tiempo”, explicó Alicia Cervantes Elizarrarás, profesora investigadora del Área Académica de Nutrición de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH).
Como parte de su línea de investigación sobre salud y microbiota intestinal, la docente Garza trabaja en el aislamiento de bacterias con propiedades probióticas presentes en distintos alimentos, con el objetivo de identificar microorganismos benéficos capaces de regular la actividad de Helicobacter pylori, para reducir su impacto en el cuerpo humano, mejorar la calidad de vida y contribuir al desarrollo de tratamientos más efectivos.
Esta bacteria se ha vuelto resistente a los antibióticos, los cuales pueden causar efectos secundarios como indigestión, vómitos, diarrea o dolor estomacal, que agravan los síntomas de la gastritis. Estas molestias hacen que muchas personas abandonen la medicación, sin embargo, el uso de probióticos puede reducir estos efectos, evitar que la enfermedad empeore y aumentar la eficacia del tratamiento.
Durante su investigación, la profesora del Instituto de Ciencias de la Salud (ICSa) identificó que los probióticos Lactobacillus rhamnosus GG y Lactobacillus plantarum mostraron una mayor eficacia contra la H. pylori, al inhibir la producción de la enzima que la bacteria utiliza como alimento, limitando su supervivencia en el intestino.
“Conocer el potencial del Lactobacillus plantarum, aislado de la zarzamora, es un punto de partida. A futuro, podríamos combinarlo con otras bacterias que ayudan a regenerar la mucosa intestinal, de manera que podamos potenciar el efecto benéfico que tiene en nuestro cuerpo. Esto podría abrir la puerta a nuevas estrategias que ayuden a tener un mayor control de los padecimientos gástricos”, agregó.
Cervantes Elizarrarás destacó que, para prevenir la gastritis y la infección por H. pylori, es fundamental lavarse bien las manos, desinfectar frutas y verduras, evitar el consumo de alcohol y alimentos irritantes, mantener una dieta rica en vegetales e incluir alimentos con fibra, con el fin de mantener una microbiota intestinal sana y capaz de defenderse.
“Analizar los factores que afectan el funcionamiento intestinal es clave para mejorar la salud a través de la alimentación. El trabajo científico que realizamos tiene como objetivo beneficiar a la sociedad, prevenir o erradicar enfermedades y fomentar hábitos que permitan llevar una vida plena, asegurando que aquello que consumimos realmente favorezca a nuestro cuerpo”, concluyó la investigadora Garza.