Existen libros que marcan un antes y después. Impresionan, motivan, inspiran y es el caso de “Tres golpes de tacón” que narra la apasionante vida de doña Josefa Ortiz de Domínguez, Corregidora de Querétaro y mujer de avanzada, feminista antes de que el término existiera, una “nueva Circe” como la llamaban sus enemigos.
Ella tomó el peligroso papel de corresponsal entre los insurgentes en la lucha independentista de 1810. Valiente y sensible, la Corregidora habría de vencer las costumbres moralistas y de exclusión de su época, donde las mujeres eran secundarias.
Esposa de don Miguel Domínguez Trujillo se negó a ser dama de la corte del emperador Agustín de Iturbide por no traicionar a los mártires de la Independencia con estas palabras: “Dígale a la emperatriz que quien es reina de su casa, no puede ser criada en un palacio.” Una novela imprescindible para reconstruir la verdadera historia de México y de los hombres y mujeres que la forjaron.
“Ella fue una mujer que se forjó a sí misma, y ese carácter se ve reflejado en su participación en el inicio de la lucha independentista, porque fue huérfana, tuvo 14 hijos y fue una mujer que simpatizaba con la lucha revolucionaria. Busco quitarle la seriedad al personaje que de por sí lo es. Una mujer cuyas características la hicieron destacar sobre todo porque en el siglo XVIII la mujer era considerada un ser irracional”.
Respecto de lo que arrojó su investigación para realizar el libro, la autora Rebeca Orozco Mora señala que “casi nadie sabe que la encerraron en tres ocasiones, dos en la ciudad de México en el convento de Santa Teresa la Antigua y una más en Querétaro, en Santa Clara. Otros detalles, por ejemplo, que Josefa no pertenecía a la alta sociedad colonial antes de contraer matrimonio con Don Miguel Domínguez, un influyente abogado a las órdenes del Virrey. Que luego de quedar huérfana, ella atendía, junto con su media hermana y su sobrina, una tabaquería donde no sólo se compraban cigarros, sino que hombres y mujeres permanecían allí fumando un rato y hablando de política y de chismes. Así se enteraba la niña de las cosas que sucedían en la Nueva España”.
Más tarde, estuvo interna en el Colegio de las Vizcaínas, para aprender comportamiento adecuado y labores femeninas, convertirse en una “mujercita”. Allí la conoció Miguel Domínguez, uno de los benefactores de esa institución.
En el afán de la historia moralista de ignorar todo pecadillo de las biografías de los héroes, se borraron de la vida de Josefa datos de su maternidad: que estaba esperando el segundo hijo cuando, por fin, el hombre de leyes decidió casarse con ella. Que él tenía ya dos hijas de su primer matrimonio, casi de la edad de su nueva esposa. Que después, Josefa dio a luz doce hijos más, aunque dos murieron a temprana edad.
Que su lucha por la justicia, la cual desencadenó finalmente en su participación activa al lado de los iniciadores del movimiento de Independencia, comenzó defendiendo, ante su esposo el Corregidor, a las presas de la cárcel de Querétaro, situada bajo la Corregiduría, donde habitaba la familia Domínguez.
Y el detalle picante en la vida de esta mujer: que probablemente sostuvo un tórrido romance con el seductor Ignacio Allende.
Un libro que debe leerse e incluso releerse en estas fiestas patrias, un minucioso análisis de como las mujeres han forjado la patria y no solo la historia son capítulos donde los hombres son sus protagonistas.
Un libro que aborda la vida de una mujer que al lado de Miguel Hidalgo bien podría decirse que es “La madre de la patria”
¿Tú lo crees? Sí, sin duda.