Pachuca de Soto.- Durante el metraje de ‘Esta ambición desmedida’ (Santos Bacana, Rogelio González, Cristina Trenas, 2023), el documental de Little Spain que desgranaba la pantagruélica gira de ‘El Madrileño’, C. Tangana dejaba caer en diferentes ocasiones las ganas que tenía de colocarse tras la cámara. Lo que no sabíamos es que, cuando vimos aquello, las inquietudes artísticas de Antón Álvarez ya le habían hecho comenzar a trabajar en ‘La guitarra flamenca de Yerai Cortés’, uno de los documentales musicales (y documentales en general) más interesantes y cuidados de los últimos años.
En plena efervescencia de las alargadas series que convierten historias más o menos interesantes en repetitivos reportajes, Álvarez se estrena recordando que el sentido narrativo y la puesta en escena es fundamental en un género que, pese al volátil éxito en plataformas de su vertiente más morbosa, pide a gritos escapar de la cansina recopilación de sucesos. En este film vamos a conocer a Yerai, a sus padres, su música y esa pena tan grande que arrastra, pero vamos a hacerlo bien, sin olvidar que esta producción no solo pretende mostrarnos el arte que nos espera en su fondo, sino serlo plenamente desde su forma.
La herencia visual de Little Spain es obvia, especialmente en los fragmentos en los que diferentes temas de Cortés son presentados con su propio videoclip, pero lo realmente interesante del título va más allá de regalarnos una maravillosa escena ‘Blasphemous’ con encarnada matriarca incluida. Lo brillante de esta presentación del Pucho director es haber conseguido hacerlo todo bien a la primera, eligiendo un personaje que merecía contar su historia y que no dejó escapar cuando descubrió que era tratado como un “moderno entre los modernos y gitano entre los gitanos”. Es en ese momento cuando comienza su obsesión con el músico, explorando su entorno hasta dar con los fragmentos que terminan conformando el relato completo para, una vez allí, dotar de sentido el conjunto y acabar componiendo una película bella, sincera e irresistible.