Pachuca de Soto, Hidalgo.- En la era digital nuestras elecciones alimentarias están moldeadas no solo por lo que ocupa el plato, la publicidad persuasiva en redes sociales o la comodidad de las aplicaciones de entrega de alimentos ha transformado de manera radical la forma en la cual percibimos, elegimos y disfrutamos nuestra comida, apuntó Jhazmín Damaris Hernández Cabrera, docente de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH).
En el marco del Día del Nutriólogo, la profesora por asignatura señaló el reto que todo profesional de la salud y de la nutrición debe asumir en el contexto actual, en donde las redes sociales han cobrado un papel relevante en la vida cotidiana. “Las generaciones actuales han crecido inmersas en ambientes digitales, han aprendido a usar un celular desde temprana edad y es parte de su contexto; nuestra labor como profesionales de la salud es mediar estos ambientes digitales de forma inmediata, pues es una realidad que nos rebasa”, declaró.
Los ambientes digitales se definen como el entorno físico, social y económico que influye en los patrones de alimentación de una comunidad o individuo. Factores como la disponibilidad de alimentos, precios, publicidad o accesibilidad son determinantes para generar dicho entorno y si el mismo es saludable o no.
Al respecto, Hernández Cabrera refirió que estos ambientes alimentarios están compuestos de un dominio externo y un dominio personal.
“El dominio externo es todo aquello que no puedo controlar, los precios de los alimentos, las promociones, los anuncios en redes sociales o los puestos cerca de mi casa. Mi dominio personal es aquello que sí controlo, es decir, qué voy a comer, qué alimento me conviene más en cuestión salud, pero también económicamente, es una cuestión de decisión y lo que quiero para mi salud”, explicó.
Asimismo, compartió que existen distintos tipos de ambientes alimentarios: el pantano alimentario se caracteriza por la abundancia de opciones poco saludables, aun cuando presenten una disponibilidad económica mayor; el almacén alimentario se refiere a las áreas en donde los productos provienen, en su mayoría, de almacenes y tiendas de descuento, en donde la oferta de opciones es limitada.
Por último, se encuentra el desierto alimentario, es decir, toda área donde la accesibilidad a alimentos frescos y saludables es limitada y en algunos casos, nula.
En torno a cómo estos ambientes se trasladan al mundo digital, la experta Garza recalcó algunos factores que fomentan el consumo de productos poco saludables y que impactan directamente en las nuevas generaciones. “Hoy vemos casos de influencers que dan promoción a ciertas cadenas de productos, que en su contenido es habitual verlos consumir y alentar a su público a seguir dicho patrón, cumplen con una función de marketing, o el efecto boca a boca, en el que se pasa la información y se genera un hábito o conducta repetitiva que lamentablemente no es benéfica a la salud en la mayoría de casos”, indicó.
Finalmente, compartió que a medida que la generación actual normaliza este tipo de ambientes en un entorno social y digital, el desafío para el profesional de la salud se incrementa. “A medida que el tiempo pasa, nuestro desafío crece, tenemos que aprender a fomentar y acompañar la transición hacia ambientes alimentarios saludables en las personas que nos rodean, pero también adaptarnos y aplicar ese mismo principio en un entorno digital”, concluyó.