El único indicio de la existencia de los Reyes Magos aparece en el Evangelio de Mateo, Cap. 2 versículos del 1 al 12 “Unos Magos que venían de Oriente llegaron a Jerusalén preguntando: ¿Dónde está el rey de los judíos recién nacido? Porque hemos visto su estrella en el Oriente y venimos a adorarlo”.
Por extraño que parezca, ninguno de los otros tres evangelistas los nombra, sobre todo llama la atención que Lucas no lo haga ya que según se dice escribió su evangelio y “Los hechos de los Apóstoles” que la virgen María le platicó directamente.
Pero la historia muestra que más que reyes y magos eran personas que venían de tres continentes diferentes, Europa, Asia y África, ellos eran hombres sabios con conocimientos en astronomía provenientes del Oriente, probablemente de Persia, lo que hoy sería Irán.
Existen relatos que hablan de la posibilidad de que hayan sido no tres sino cuatro y posiblemente hasta doce reyes que visitaron a Jesús, sin embargo, la historia más conocida indica que lo más probable es que hayan sido solo tres por el número de regalos que presentaron a los padres de Jesús en el pesebre. Incienso por ser dios; oro por ser rey; y mirra por ser hombre, tres diferentes elementos cuyo valor comercial en aquellos días era muy alto.
La palabra mago procede del persa “mogu”, que significa “el que observa y estudia los astros”. Dichas palabras parecen provenir a su vez de la palabra “magu”, nombre dado a los sacerdotes persas en la religión zoroástrica.
Se podría decir que eran una especie de astrólogos con una fuerte influencia para tratar de interpretar algunos símbolos en el cielo. Los judíos, que sufrieron el destierro en Babilonia, conocieron la categoría de “magos” de dichos sacerdotes persas, lo cual podría dar lugar a que san Mateo los denominara de dicha forma.
La leyenda dorada de los Reyes Magos nació en el siglo IV de nuestra era. Se encuentra en el Opus imperfectum in Mattheum redactado en latín por un escriba iraní cristiano.
Para la inocencia e ilusión de los niños, los Reyes Magos se vienen acercando y se les puede ver simbolizados en el cinturón de Orión sobre las estrellas Alnilam, Alnitak y Mintaka.
Lo cierto es que ya sea para chicos y grandes, la ilusión de los reyes magos desata una gran fe y esperanza, así como una remembranza de lo bueno que puede ser la inocencia y la creencia en la bondad, paz y amor.
Este nuevo año 2024 espero que este colmado de bendiciones para todos y que, justamente, los tres reyes magos nos obsequien bonanza, paz, amor, fe, esperanza, etc.… gracias a ustedes, mis estimados lectores, esta columna ha permanecido en esta casa editorial de tal forma que, sin sus críticas constructivas, sugerencias y observaciones “El Tlacuilo” no existiría, espero compartir con ustedes muchos años por venir deseándoles lo mejor hoy mañana y siempre construyendo y sumando más no restando.
¿Tú lo crees?… Yo también.