‘Invasión secreta’ prometía ser un punto de inflexión en las películas y series de Marvel de Disney+ tras un bache de recepción protagonizado por las series de ‘She-Hulk’ y ‘Ms. Marvel’. El propio Kevin Feige, el mandamás de Marvel, cebó las expectativas afirmando que esta sería “la primera serie crossover del UCM”. Es decir, un evento que uniría a varios de los personajes televisivos que habíamos visto anteriormente en una historia común al igual que las películas de Los Vengadores en la pantalla grande. Pero, para sorpresa de cada vez menos gente, el plan no ha funcionado, y las promesas se quedaron en papel mojado.
Ahora mismo, el episodio final de ‘Invasión secreta’ es el capítulo peor valorado de todas las series de Marvel con un paupérrimo 13% de valoraciones positivas en Rottentomatoes. Ni siquiera las campañas misóginas contra ‘She-Hulk’ bajaron tanto la nota a un producto Marvel. Y lo peor de todo es que varias de las próximas películas y series de la compañía dependen en cierta medida de lo ocurrido en la serie, puesto que, como viene siendo habitual en la franquicia, el final del programa deja más frentes abiertos que cerrados para desarrollarlos en futuros proyectos. Y, con la huelga, el daño a la marca puede multiplicarse.
La sorpresa es que no hubo sorpresas
El clímax de la serie llegaba con la III Guerra Mundial a punto de producirse. El ataque de Gravik al presidente de los EEUU haciéndose pasar por el ejército ruso fue frustrado por Nick y Talos (aunque éste murió al evitarlo), pero la semilla ya estaba plantada.
James Rhodes, también conocido como el Vengador War Machine, intenta convencer al presidente para que bombardee la base secreta Skrull en territorio ruso, pero lo que no sabe el líder de la nación más poderosa del mundo es que Rhodes es un Skrull infiltrado. Mientras, Fury viaja a Rusia para encontrarse con Gravik y tratar de evitar la masacre del pueblo Skrull y el inicio de un conflicto armado que podría suponer el fin de la humanidad.
La misión del personaje de Samuel L. Jackson es ridículamente suicida, y rápidamente se hace evidente que hay gato encerrado. Es absurdo pensar que el Fury que todos conocemos iría a una central nuclear en la que morirá por la radiación para darle a su enemigo un vial con el ADN de todos Los Vengadores sin esperar nada a cambio. Efectivamente, cuando Gravik enciende la máquina que le proporciona los poderes de los héroes más queridos de la Tierra, Furia no muere. Todo lo contrario. También adquiere superpoderes, porque en realidad es G’iah (Emilia Clarke) haciéndose pasar por él en el guro más predecible de todo el UCM.
El final de ‘Invasión secreta’ y la peor decisión de Marvel
En el momento en el que se desvela la verdadera identidad del Fury “fake”, tenemos a dos súper Skrulls con los poderes de todos los superhéroes de Marvel. Es decir, cada uno de los combatientes tiene, al mismo tiempo, las habilidades de Hulk, Capitana Marvel, Bruja Escarlata, Capitán América, Groot, Thor… Son, sin duda, los seres más poderosos que hemos visto en el UCM, y sin embargo su pelea dura apenas unos minutos y es bastante “sota, caballo y rey”. Nada que no hayamos visto antes mil veces. Pero lo peor no es eso.
Una vez que G’iah derrota a Gravik, el personaje de Emilia Clarke conserva todos los poderes del UCM. Lo lógico para Marvel, para no condicionar sus proyectos futuros con un personaje tan híper-mega-poderoso que podría solucionar prácticamente cualquier problema con un simple chasquido, es que G’iah hubiera activado la máquina y se hubiera deshecho de las súper habilidades adquiridas por responsabilidad o por cualquier otra excusa que se hubiera inventado la serie. Pero no.
El desastre de Nick al final de ‘Invasión Secreta’
Mientras G’iah se hacía pasar por él con Gravik, Fury se alía con Sonya (Olivia Colman) para llegar hasta el presidente de los EEUU y evitar el inicio de una nueva Guerra Mundial. Tras un tira y afloja con el servicio secreto, en el que el Skrull que suplantó a War Machine recibe un disparo entre ceja y ceja, el presidente se da cuenta del engaño y decide parar el lanzamiento de los misiles… Aunque el final no es del todo feliz.
Que existiera una facción rebelde terrorista Skrull era, en gran parte, culpa del propio Fury, que les había prometido un nuevo hogar y terminó abandonándolos a su suerte en la Tierra tras haberse beneficiado de su colaboración. Es por eso por lo que regresa de su retiro espacial en SABER. Ese problema queda resuelto, sí, pero da comienzo a otro bastante peor. El presidente, al descubrir que hay Skrulls infiltrados hasta en su propio entorno, decide declarar la guerra a los alienígenas y exterminarlos de la faz de la Tierra. La reacción de Furia es poner cara triste y huir a su nave espacial, abandonando de nuevo a la raza extraterrestre que prometió proteger.
El futuro de Marvel tras el final de ‘Invasión secreta’
Hay muchos melones abiertos, y pocas certezas de que Marvel vaya a solucionar todo lo que ha propuesto. Para empezar, tenemos confirmada la presencia de Fury en ‘The Marvels’, aunque lo que hemos visto en el tráiler parece obviar los hechos ocurridos en la serie de Disney+. Teniendo en cuenta que Capitana Marvel es medio Kree y que estos pretenden negociar la paz con los Skrulls, es un tema que debería abordarse.
Por otro lado, la cuarta entrega del Capitán América (‘Brave New World’), ahora protagonizada por Falcon (Anthony Mackie), tiene al General Ross de Harrison Ford como nuevo presidente de los EEUU, por lo que algo le tiene que ocurrir al que hemos visto en la serie interpretado por Dermot Mulroney.
Al final de ‘Invasión secreta’ vemos que el verdadero Rhodes sigue vivo, suplantado seguramente desde el final de ‘Civil War’, por lo que la película en solitario de War Machine, ‘Armor Wars’, podría ahondar en qué es lo que ocurrió con él y cómo se adapta a su regreso.