Desde que se lanzó el primer tráiler de ‘Oppenheimer’, o incluso desde que se conoció por primera vez la noticia de que Christopher Nolan iba a adaptar a la gran pantalla la vida del padre de la bomba atómica, los cinéfilos hemos esperado con ansia el poder disfrutar de la nueva película del cineasta de Londres y asombrarnos con la interpretación de su protagonista, Cillian Murphy.
Sin embargo, y aunque el trabajo del actor de ‘Peaky Blinders’ es sobresaliente, las mayores alabanzas las está recibiendo un personaje secundario al que pone cara uno de los actores más cotizados del Hollywood actual: Robert Downey Jr.
Entre la larga lista de actores y actrices talentosos que acompañan a Murphy en este “quién es quién” de ‘Oppenheimer’ están Florence Pugh como la psiquiatra, miembro del Partido Comunista y amante de Oppenheimer Jean Tatlock, Emily Blunt como su esposa, Kitty Oppenheimer, el general Leslie Groves, el hombre que impulsó todo en el aspecto militar del Proyecto Manhattan, interpretado por Matt Damon, y Robert Downey Jr. asumiendo el papel de Lewis Strauss.
Strauss fue una de las figuras clave en la vida de Robert Oppenheimer, para bien y para mal. Nacido en Virginia en 1896, Strauss se formó como oficial naval estadounidense, hombre de negocios, banquero y filántropo, con dos mandatos en la Comisión de Energía Atómica de Estados Unidos.
Tras el lanzamiento de las dos bombas nucleares en la II Guerra Mundial, Strauss fue uno de los impulsores de la auditoría de seguridad que en 1954 revocó la acreditación de seguridad a Oppenheimer, siendo considerado un villano en la historia del país. Su rivalidad se debió en gran parte a la oposición del físico a continuar con el desarrollo de la bomba de hidrógeno, un arma mucho más poderosa y destructiva que la propia bomba atómica.
En la película de Nolan, Strauss es un personaje al que apenas se le da tiempo en pantalla durante las dos primeras horas de historia, pero se apodera del tercer acto convirtiéndose en protagonista de la parte final de ‘Oppenheimer’.
Casi siempre retratado por la fotografía en blanco y negro de Hoyte van Hoytema, Downey Jr. ofrece un festival interpretativo que opaca el gran trabajo de Cillian Murphy hasta ese momento, robando los focos al retratar los aires de superioridad, la rabia contenida y el egocentrismo del almirante Strauss en una subtrama, la de su auditoría frente al senado norteamericano, en la que Christopher Nolan se permite introducir algún que otro artificio de guion sorpresivo de los que tanto le gustan.
Del mismo modo que ‘Oppenheimer’ se enfrente en su fin de semana de estreno a ‘Barbie’, Robert Downey Jr. tendrá que luchar su Oscar a Mejor Actor de Reparto, presumiblemente, al mismísimo Ryan “Ken” Gosling, al que muchas críticas de la película de Greta Gerwig sitúan en la carrera por la estatuilla. La rivalidad entre las dos películas del año va para largo…