Pachuca de Soto.- Scarlett Johansson ha estado asociada con la marca “sex icon” desde el comienzo de su carrera. Desgraciadamente, sus papeles en Lost in Translation (2001) o Match Point (2005) la convierten en la “IT girl” del momento.
Le tomó años liberarse de esa sombra, y experimentó algunos de los puntos más bajos de su carrera en el proceso.
Sabiendo que es una de las “rubias” de Hollywood, la actriz se confunde cada vez más. No era la carrera que quería, pero tampoco tuvo la oportunidad de demostrar de lo que era capaz.
El punto de inflexión fue la pérdida del papel principal de Gravity. Alfonso Cuarón eligió a Sandra Bullock, un papel que le valió una nominación al Oscar.
Dio la casualidad de que ella también quedó fuera del papel de Black Widow en Iron Man 2 en ese momento, pero la suerte le sonrió. La actriz Emily Blunt, que fue elegida para el papel, tuvo que rechazar la oferta debido a sus obligaciones contractuales para protagonizar Los viajes de Gulliver (2010).
Por suerte, la siguiente persona a la que llamaron fue Scarlett Johansson y el resto es historia.
Este aumento significa nueve películas de Marvel Cinematic Universe, una de las cuales es una película en solitario. Él no está equivocado.
Si bien el éxito de la MCU es innegable, el crecimiento de Johnson proviene de todas las direcciones. Rompiendo con el estereotipo de “It girl”, se convierte en una artista. Poco después de Iron Man 2, trabajó en A View from the Bridge de Arthur Miller, que la ayudó profesionalmente.
Johnson salió del pozo para ganar.
Además de tener una franquicia multimillonaria en su haber, también ha embolsado varios proyectos que la han acercado a la aclamación de la crítica, como la película de ciencia ficción de Jonathan Glazer Under the Skin (2013), una película de ciencia ficción sin éxito comercial pero exitosa.
Ella (2013), la querida película en la que Joaquin Phoenix se enamoró de su asistente virtual, y Lucy (2014), un éxito de taquilla dirigido por Luc Besson.