Me he decidido a seguir cada pequeño atisbo de felicidad que se presente en mi vida, y cualquier podría decir que es una locura, que es la peor decisión que podrías haber tomado en la vida, pero creo que no hay algo más real que luchar para ti y por lo que sueñas.
He notado más de una vez que cuando sueño despierta, se forman aquellas formas frente a mis ojos como si fuera una especie de aurea llena de luz, moviéndose en diferentes colores, y hasta ahora no me había decidido a acercarme, porque seamos sinceros, ya entre nosotros, ¿por qué te acercarías a cosas que solo se encuentran en tu imaginación?
Bueno, pues todo cambió el día que pensando en una de mis tantas historias creadas mientras me encuentro en el estado común de mi vida llamado aburrimiento, lo vi asomarse por la puerta, y no, no era una persona. Era un animal de lo más raro que había visto, parecía un perro con alas, pero con patas de gallo y una cola, podría decirse de escorpión, así que en ese momento pensé que mi mente me estaba jugando una pasada, porque para ser sincera, el trabajo de oficina me estaba matando y atando de una manera dolorosa.
Lo dejé pasar y volví al ordenador como si no se tratará de nada, pero por el rabillo del ojo seguía viendo esa cosa acercarse, sigilosamente, pero con cara de felicidad, como si al fin hubiera encontrado lo que tanto estaba buscando, lo miré de reojo.
Parecía un alebrije, algo sumamente mexicano, ya saben, algo que nos inculcan de pequeños, por lo cual me parecía aún más extraño, puesto que yo, no era muy fan de mi propia cultura, prefería esas películas de ficción de otros países que me hacían viajar a mundos aún no descubiertos.
Claro que yo no creía que fuera real, porque, ¿Quién creería que se aparecería un animal en tu oficina que ni de juego podría haber entrado? Bueno, pues evidentemente eso pensaba yo, y digo pensaba, porque en cuando sentí su respiración en mi tobillo supe que esto no era un sueño, y por supuesto, como era obvio, me levanté de un salto y cuando miré de nuevo ya no se encontraba en dónde lo había dejado hace un momento.
Me senté de nuevo en mi escritorio y agradecí con todas mis fuerzas que mi cubículo fuera de un color oscuro, porque seguro que muchos se habrían preguntado qué era lo que me estaba pasando. Busque y rebusque por todos lados de manera sigilosa cada lugar, pero no había nada, así que lo reduje a un efecto secundario del cansancio y me dediqué a lo mío.
Era obvio que suponía que ahí había acabado todo, y claro que no, eso era una mentira.
Mientras escribía aquel que era el sueño de mi vida, lo vi aparecer en mi habitación como si fuéramos viejos amigos, saltó en mi cama y de la fuerza el colchón se movió sobre la base, me quedé en shock, o mi mente estaba siendo demasiado realista, o esto era real, y prefería tomar la primera. Una vez más, el animal me mostró que no estaba loca, me lengüeteo la cara, me limpie con lentitud, y una especie de líquido morado con un olor a flores me invadió, casi se me sale el corazón, solté un grito y el animal aulló con todas sus fuerzas mientras meneaba esa cola tan rara.
Segundos después el silencio reino, y nos quedamos mirándonos, ahí estaba yo, en mi cuarto con un animal de lo más extrañamente raro, solo esperando un movimiento, estaba segura de que si cerraba los ojos y los abría ya no estaría, así que lo hice, ahí seguía, decidí intentarlo de nuevo, y lo hice por lo menos, una, dos, tres veces más.
No funcionó.
Preferí rendirme y volverme a sentar en la cama, eso no pasó, porque cuando estaba a punto de tocar la comodidad de mi cama, el animal ladró y un hoyo nació de la nada, caí en el vacío y vi al perro saltar con felicidad en el mismo lugar por donde había aparecido, podía ver el techo de mi habitación alejarse.
Intenté gritar, pero no salía nada de mi garganta, sin duda estaba muriendo, tal vez un infarto, tal vez simplemente me quedé dormida, sentía mi corazón latir contra mi pecho de una manera tan violenta que por un segundo pensé que se saldría.
Sentí un golpe seco, pero no doloroso en la espalda, y cuando miré alrededor, estaba frente al castillo que había estado imaginando todo este tiempo para mi historia, era como si estuviera en mi propia novela, como si hubiera sido succionada por el diario de Tom Riddle en Harry Potter y estuviera siendo proyectada, solo que ellos me veían, y me saludaban con tanta felicidad que cuando me di cuenta yo ya estaba sonriendo de regreso.
Una figura de luz como las que me imaginaba, de color azul turquesa me tendió la mano y cuando la tomé sentí una sensación como cosquillas.
- Te hemos estado esperando-me dice y besa mi mano, dejando destellos en ella—. Nuestra creadora, la profecía se ha cumplido.
Desperté en la cama completamente sudada y con la libreta en mano aún.
Había sido un sueño tan vívido, tan certero, que no creía que fuera un sueño solamente, me levanté de la cama y me dirigí al baño para lavarme los dientes antes de que me quedará dormida de nuevo.
Me miré al espejo, no había nada inusual en mí, así que tomé la pasta de dientes y el cepillo, fue entonces que lo noté, ahí estaban. Los destellos de color azul turquesa se encontraban aún en el mismo lugar, regresé corriendo a la cama y miré la libreta, había un escrito en ella.
“Esperamos su regreso, creadora. Si quiere visitarnos de nuevo, solo diga Newfuyg.”
No dude ni un solo segundo, y cuando abrí los ojos, me encontraba de nuevo ahí. Ese fue el día que descubrí que mis sueños tuvieron el poder necesario, para darme mi felicidad.